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Las administraciones locales van a tener y están teniendo grandes limitaciones económicas y políticas para implementar los cambios que exige la Ley 7/2022 en materia de residuos municipales. Entre ellas, la creación de nuevos servicios de recogida de residuos separada, la actualización de tasas, reducción del vertido, y sobre todas ellas planea el fantasma de la financiación. No hay ninguna duda de qué técnicos y políticos son conocedores de la necesidad de invertir en “campañas de concienciación” para cerrar el círculo y lograr los objetivos de reducción, reutilización y reciclaje que marca la 7/2022. Sin embargo, hay que buscar un cierto equilibrio en la distribución de los recursos técnicos y económicos disponibles.
La tendencia generalizada es la de priorizar la tecnología punta a expensas de las estrategias de intervención socioambiental. Es habitual encontrarse con la creencia de que la falta de colaboración ciudadana se puede compensar con tecnología. Pero el cambio no va a llegar por esta vía.
De poco sirven los camiones más silenciosos y eficientes si recogen aire o mezclas de residuos imposibles. Tampoco nos servirá de mucho la búsqueda concienzuda del contenedor más ergonómico, o la del más desarrollado tecnológicamente, si lo que la ciudadanía y resto de productores de residuos depositan en ellos, no es “lo solicitado”.
Nuevas estrategias de residuos
Es de vital importancia que se invierta en trabajar con la ciudadanía desde el inicio. Si sabemos que la separación en origen es un elemento imprescindible para el logro de los objetivos de reciclaje, dotemos los recursos proporcionados y acordes a ese nivel de importancia para desarrollar proyectos de comunicación y sensibilización.
Para este reto, es necesario ir un paso más allá y no solo informar. La inversión debe destinar suficientes recursos para que haya una comunicación directa con las personas con el objetivo de persuadir y motivar. La información por sí sola no provocará cambios sustanciales. Es necesaria una inversión en estrategias de comunicación y cambio de hábitos que hagan de puente entre la información y la implicación ciudadana a través de campañas de proximidad.
Con un plan de comunicación dotado de medios se pueden materializar las nuevas estrategias de residuos en políticas eficaces que funcionen, rentabilizar el esfuerzo y dinero invertidos en infraestructuras, servicios públicos y tratamiento. Destinar recursos para diseñar e implementar una estrategia de comunicación directa y de proximidad nos permitirá alcanzar los objetivos que imponen la ley y los estándares europeos de reciclaje. Sin duda, contribuirá significativamente a la reducción de los residuos municipales destinados a vertedero y, por tanto, también, a rebajar el importe anual del impuesto al vertido.
¿Cómo te puede ayudar Anthesis Lavola?
De este modo y desde hace décadas, Anthesis Lavola desarrolla planes y campañas de comunicación en materia de residuos municipales cuyo elemento clave es la dirección y coordinación de acciones de proximidad con la ciudadanía. Este contacto directo con los usuarios, se acompaña de un plan de acción integral y sincronizado que orquesta diseño gráfico, material divulgativo, contenidos webs, redes sociales, medios de comunicación, publicidad exterior, contenidos, acciones de proximidad en calle, charlas, talleres, etc. que garantiza el éxito de la campaña. Nuestra experiencia nos permite invertir los recursos disponibles para estas campañas de la forma más eficaz y eficiente.
Nuestros equipos de informadores son seleccionados con la mayor rigurosidad, profesionales locales, siempre con experiencia y formación específica en comunicación y educación ambiental, de modo que puedan ser agentes polivalentes. Además, disponemos de un software que les permite recoger los datos de las interacciones que hacen con cada persona durante sus acciones de calle, lo que facilita la evaluación y seguimiento de la campaña y el disponer de información registrada muy valiosa para determinadas decisiones de gestión.
Los planes de acción diseñados incluyen acciones de mantenimiento de hábitos cuyo objetivo no es otro que afianzar estos nuevos comportamientos. Y solo con personal técnico experto, un buen plan y un equipo formado y riguroso lograremos el cambio que necesitamos.