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¿Qué es la hipótesis Gaia?
La hipótesis Gaia es uno de los postulados científicos más conocidos y controvertidos en el ámbito de la defensa del planeta y la sostenibilidad. Un conjunto de principios que defienden una autorregulación del planeta Tierra, casi como si fuera un organismo vivo.
Su ideólogo fue James Lovelock, referente y pionero de la ecología y considerado el abuelo del ecologismo, y que murió el pasado 26 de julio. Se da la casualidad de que nació también un 26 de julio, pero de 1919. Más de un siglo de vida, 103 años para ser exactos, durante los que revolucionó la forma de ver y comprender nuestro planeta.
Antes de que sus planteamientos se presentaran, se pensaba que la Tierra era un trozo de roca que flotaba por el espacio, dando vueltas al Sol. Después de él nos queda que este trozo de roca que flota por el espacio, dando vueltas al Sol, parece que cuenta con un equilibrio que se autorregula para mantener la vida: Gaia.
La revolucionaria y criticada Gaia
La hipótesis Gaia propone que la Tierra forma un sistema complejo de interacciones que se autorregulan y facilitan que la vida pueda prosperar en el planeta. El funcionamiento de este sistema, donde interactúan aire, océanos, suelo, las especies existente y el intercambio de nutrientes y materiales entre ellos, sería similar al de un organismo vivo que mantiene el cuerpo estable.
En este sentido, la base de la hipótesis Gaia es que todos los elementos existentes en la Tierra facilitan la vida y que la propia vida también ayuda a mantener este equilibrio. Pero esta idea tuvo bastante detractores y numerosas críticas. Dos de las principales fueron que tenía un aire demasiado místico y pseudorreligioso para considerarse ciencia y que chocaba con el constante cambio que supone la evolución de las especies.
Con los años, Lovelock fue matizando y perfilando su hipótesis según los conocimientos científicos del momento, así como numerosos grupos de investigación hicieron aportaciones en base a nuevos datos obtenidos. De esta manera, la hipótesis Gaia se ha ido transformando a base de errores, de nuevas investigaciones y del escrutinio propio de la ciencia.
La visión holística y multidisciplinar de Gaia supuso un antes y un después en la forma de comprender la Tierra y ha permitido entender el impacto que causan nuestras actividades. Una mentalidad que ha facilitado la aparición de una consciencia ambientalista vital y la necesidad de estudiar el planeta desde muchas perspectivas distintas para conocer cómo funciona y cómo puede cambiar.
Lovelock más allá de Gaia
Pero aparte de la hipótesis Gaia, James Lovelock realizó otras contribuciones a la ciencia y la tecnología. Se graduó en química en Manchester, colaboró con el gobierno británico durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó durante veinte años en el National Institute for Medical Research, de Londres, donde se doctoró en medicina, y estuvo vinculado con la NASA en proyectos de exploración planetaria, principalmente en Marte.
También es conocido por desarrollar el instrumento que detectó la presencia de los clorofluorocarburos (CFC) en la atmósfera. Gracias a este hallazgo, más tarde se descubrió el impacto negativo que tienen sobre el ozono y el agujero en la capa de ozono.
Con el tiempo, Lovelock se dio cuenta del impacto causado por la humanidad y se convirtió en una voz de aviso muy destacada sobre las consecuencias que podríamos sufrir en un futuro. Pero unos años más tarde consideró que había sido alarmista, y negó que quedara tan poco tiempo.
Un ecologista crítico
Nunca llegó a ser negacionista, pero era muy crítico del enfoque que se le dio a la lucha contra el cambio climático. No estaba de acuerdo con gran parte del entorno ecologista, negó el potencial beneficio de la energía eólica, defendió el uso de la energía nuclear para reducir el aumento de gases de efecto invernadero y se opuso al concepto de desarrollo sostenible.
Aún así, con sus contradicciones, polémicas, críticas y visiones alternativas, tanto a nivel científico como ecologista, Lovelock es una figura vital en la protección del medio ambiente. Las investigaciones que realizó permitieron entender mejor el funcionamiento de la vida en la Tierra.
Ahora tenemos claro que no podemos luchar contra la crisis climática sin tener en cuenta todos los elementos y esto es gracias a este investigador e inventor inglés. Y así es como tenemos que tirar adelante para conseguir minimizar los impactos presentes y futuros para conseguir que el planeta siga siendo un lugar habitable para todas las especies.
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