El 24 Junio 2024, la Unión Europea aprobó la Ley de Restauración de la Naturaleza, el reglamento que aborda la mejora de las estrategias europeas en materia de biodiversidad y lo hace colocando sobre la mesa objetivos vinculantes, plazos fijados, medidas concretas y un plan de seguimiento.
El primer objetivo de la ley es restaurar al menos el 20% de los hábitats terrestres y marinos de la UE para 2030. Para conseguirlo, ahora toca a los respectivos Estados miembros ponerse a trabajar: se ha abierto el plazo de dos años para presentar el Plan nacional de recuperación a la Comisión y un año más tarde será necesario tener el plan definido. Pasada la primera fase, nos situaremos en 2027 con sólo tres años para alcanzar el primer objetivo de la ley.
Contexto y deficiencias hasta la fecha
Hoy existen mundialmente 1 millón de especies en peligro de extinción. Con esta situación, Naciones Unidas proclamó en 2021-2030 como la Década por la Restauración de los Ecosistemas. Además, el nuevo Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (el equivalente al Acuerdo de París en materia de biodiversidad) establece unas metas globales orientadas a generar la acción urgente para esta década (hasta 2030).
En Europa sólo el 23% de las especies y el 16% de los hábitats contemplados por la Unión Europea se encuentran en un estado favorable. Es decir, tenemos un 80% de los ecosistemas degradados. Por eso, el Parlamento Europeo, después de que la anterior estrategia (Estrategia Biodiversidad 2020) fracasará y de reconocer que proteger la naturaleza era esencial pero no suficiente, celebraba un nuevo compromiso: elaborar una propuesta legislativa con objetivos de recuperación y restauración de la biodiversidad vinculantes. Algo quedó claro: en la Estrategia UE en Biodiversidad para 2030 había que mostrar ambición a través de un “Plan de Recuperación de la Naturaleza de la UE” y unas medidas de recuperación de la biodiversidad, que fueran más allá de las zonas que actualmente ya se encuentran protegidas.
La Ley de Restauración de la Naturaleza aprobada el pasado mes de junio enmienda las deficiencias de la estrategia anterior y amplía las medidas de restauración y protección a zonas y hábitats que van más allá de la conocida en la Red Naturaleza 2000. Además, el reglamento complementa la Directiva de Aves, la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina y la Directiva Marco sobre el Agua, que hasta la fecha han ido carentes de objetivos específicos y medidas concretas, así como también de unos plazos y plan de seguimiento fijados.
Puntos claves de la Ley de Restauración de la Naturaleza
La Ley de Restauración de la Naturaleza es ambiciosa y tiene como objetivo restaurar el total de los hábitats actualmente degradados para 2050. Los objetivos específicos afinan esta meta y determinan plazos intermedios: restaurar el 30% para 2030, el 60% para 2040 y el 90 % por 2050 de una serie de hábitats contemplados en los anexos del reglamento. Lo relevante es que estas medidas y objetivos son de carácter vinculante.
Lo más interesante es que el reglamento establece unas normas y un marco para que los Planes Nacionales de Recuperación incorporen un contenido específico en estos planes. Es decir, los Estados miembros tendrán que:
- Cuantificar y georeferenciar la superficie de los hábitats específicos en los que trabajar. Esto incluye un estudio del estado actual de los hábitats recogidos en los anexos, determinar sinergias existentes con los objetivos de adaptación y mitigación del cambio climático y establecer prioridades.
- Determinar los niveles satisfactorios a alcanzar por los distintos indicadores contemplados en el reglamento, como las poblaciones de polinizadores, las mariposas de pasto, el carbono orgánico en suelos agrícolas y en bosques, etc.
- Especificar las metodologías para realizar una monitorización coherente a lo largo de los años y por los distintos territorios.
Uno de los puntos importantes del reglamento es que el plan de seguimiento de las tendencias y la notificación de los progresos a la Comisión deberá realizarse anualmente o cada 3 años, según el tipo de indicador o índice. En este punto el reglamento percibe las tecnologías de teledetección y observación, como los servicios de Copernicus, así como el posible uso que ofrece la inteligencia artificial, como una oportunidad para agilizar los procesos de monitorización y reducir los costes.
Beneficios y Costes de la Ley
Uno de los puntos más relevantes a tratar del impacto de la ley de Restauración de la Naturaleza es la parte económica que acompaña a la aplicación de la ley. La iniciativa se enmarca en el Pacto Verde Europeo, la Estrategia de crecimiento sostenible de la UE, y en el marco de la Estrategia de la biodiversidad 2030. Por tanto, mientras las administraciones europeas invierten en restaurar los servicios que ofrece la naturaleza, la nueva ley también se presenta como una oportunidad para las empresas privadas para que inviertan en ella también. Por cada euro que se invierta los beneficios derivados de la restauración de los hábitats figuran entre 8 y 38 €.
Teniendo en cuenta que más de la mitad del PIB depende de la naturaleza, esta ley es la oportunidad que necesitamos para promover la transición. Las sinergias entre los objetivos climáticos y los objetivos en biodiversidad son evidentes. En palabras de Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, “será casi imposible alcanzar los objetivos climáticos de la UE sin la Ley de la Restauración de la Naturaleza”. Por tanto, invertir en naturaleza significa invertir en nuestro futuro. La restauración de la naturaleza no es sólo una responsabilidad ambiental, sino una oportunidad económica.