Entrevista con:
Contenidos
- Binomio Ciencia-Sociedad
- Objetivo principal de Espai Cràter
- Actividades Educativas
- Metodologías
- Futuro Espai Cràter
- Cómo ha ayudado Anthesis
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Espai Cràter es un Science Center de referencia en Cataluña y, especialmente, en la Garrotxa. Ofrece a los visitantes una inmersión única en las ciencias de la Tierra, el vulcanismo y explica su influencia sobre la sociedad y el entorno natural. Este equipamiento destaca no sólo por su contenido científico, sino también por su apuesta por la innovación educativa y la sensibilización ambiental.
Hemos conversado con Xevi Collell, director del Espai Cràter para profundizar en el recorrido de este innovador centro de ciencia para conocer de primera mano los retos que ha afrontado y explorar las oportunidades que han ido surgiendo a lo largo del camino.
¿Cómo describirías la importancia del binomio Ciencia-Sociedad en el territorio de la Garrotxa?
Creo que el binomio entre ciencia y sociedad ha sido fundamental, especialmente durante los últimos 40 o 45 años, desde el proceso de preservación iniciado en 1975 con el movimiento “Salvemos los volcanes”. Este movimiento supuso una recuperación de los valores del paisaje y del lugar, en relación al excepcional paisaje volcánico de la Garrotxa.
Durante la dictadura no era posible iniciar procesos de preservación del patrimonio natural. Pero a partir de 1975, en la Garrotxa, nace un movimiento social comprometido con la preservación del paisaje volcánico. Éste fue el punto de partida para iniciativas como la creación del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. En ese momento, varios colectivos se unieron para proteger este territorio, coincidiendo con un período de renacimiento cultural en Cataluña. Los años setenta y ochenta marcan el inicio de este binomio entre ciencia y sociedad, donde se pone en valor tanto el paisaje volcánico único de la Garrotxa (el mejor conservado en la Península Ibérica) como su sorprendente diversidad. Ésta no se limita al paisaje volcánico, sino que incluye otros espacios como la Alta Garrotxa o la cordillera transversal, que combinan diversos ambientes en un territorio pequeño pero rico en biodiversidad y con un gran interés científico, especialmente en las Ciencias de la Tierra y las Ciencias Naturales.
Además, esta sensibilización por el paisaje en este territorio no es única de los años setenta, sino que se existen precedentes en siglos anteriores. Ya desde el siglo XVI, con figuras como la familia Bolòs o Vayreda, existía un interés en la investigación dedicada a la botánica y al estudio de la naturaleza. Estas familias y otras impulsaron gabinetes de curiosidades y estudios científicos que reflejaban una sensibilidad hacia el entorno natural, especialmente durante la Ilustración. Entre estas figuras destaca Oriol de Bolòs, uno de los nombres más importantes en Cataluña en materia de conservación e investigación botánica. Nacido en Olot, Bolòs contribuyó decisivamente a poner de relieve el valor del paisaje. La Garrotxa también fue pionera en la creación de la Escuela del paisajismo o el Obervatori del Paisatge de Catalunya.
Ese binomio ciencia y sociedad es esencial para nosotros. Nos situamos en la Tierra, en el vulcanismo, pero siempre en relación con la flora, la fauna y la sociedad que conviven en este entorno, entendiendo su interdependencia y su importancia conjunta.
¿Cuál es el objetivo principal de Espai Cràter en el ámbito de la educación ambiental (ODS) y científica? ¿Bajo qué paradigma trabaja el centro?
Para nosotros, la educación ambiental es esencial. Creemos que para conseguir que el Espai Cràter sea un equipamiento realmente sostenible, éste debe reflejar esta sostenibilidad en todas sus dimensiones.
No podemos olvidar nunca a los visitantes ni al turismo, ya que éstos nos ayudan a garantizar la sostenibilidad económica de otras áreas. Sin embargo, es imprescindible incorporar el paradigma educativo y fomentar las visitas escolares y educativas dentro de nuestra oferta. Lo que hacemos no es simplemente para cumplir un expediente, sino que tiene una misión clara: transformar, sensibilizar y educar a las personas sobre el entorno en el que viven.
En los últimos años, hemos visto que, a pesar de lo que podríamos pensar, muchas personas todavía no están suficientemente educadas en temas ambientales. Nos encontramos con la dificultad de combatir la contradicción del modelo capitalista actual, donde a menudo existe una gran distancia entre lo que se predica y lo que se practica. Esta lucha constante sólo puede ganarse con educación, la herramienta fundamental para construir un mundo mejor. Por eso, nuestro objetivo es sensibilizar a través de la ciencia y la sostenibilidad, a la vez que contribuimos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Otro aspecto importante es el compromiso de nuestro equipo. Creemos firmemente que este territorio es singular, sensible y especial. Por eso consideramos vital que todas las escuelas de la Garrotxa —y también de otros lugares— conozcan su entorno, especialmente en un contexto tan complejo como el actual, marcado por la llegada de nuevas culturas. Estas nuevas culturas pueden tener diferentes visiones sobre el valor y el concepto de paisaje, y es nuestra responsabilidad transmitir la comprensión y la sensibilización con el territorio.
Los valores singulares de la Garrotxa muchas veces los hemos heredado de nuestra propia experiencia familiar: pasear por Santa Margarita con nuestros padres y crecer con esta conexión con la naturaleza. Sin embargo, cuando llegan personas que no han vivido estas experiencias, se crea un sesgo cultural. Es aquí donde los centros educativos desempeñan un papel fundamental, ya que permiten mostrar este patrimonio geológico y crear cohesión social y convivencia. El Espai Cràter trabaja precisamente para realizar esta conexión.
En el contexto museológico mundial, el Espai Cràter se define como un Science Center de última generación. Esto significa que no se limita a explicar contenidos, sino que tiene la responsabilidad de participar en los debates y retos actuales sobre las problemáticas de nuestro entorno. Es en este marco donde la educación se convierte en nuestra herramienta más poderosa.
¿Cómo se vinculan las actividades educativas de Espai Cràter con el territorio y el medio ambiente?
Espai Cràter y el territorio están profundamente vinculados y se inspiran mutuamente, ya que Espai Cràter es territorio, y territorio es Espai Cràter. Representa un antes y un después respecto al Museo de los Volcanes que teníamos anteriormente. Aquel era un centro concebido bajo un modelo de museo de post-coleccionismo: se limitaba a explicar contenidos mediante un discurso narrativo informativo, pero sin contar con una colección significativa ni la vocación transformadora de un Science Center como el actual. Espai Cràter, en cambio, se plantea como un espacio con el objetivo de generar impacto y transformar, más allá de explicar hechos.
Un elemento clave de esta transformación son las personas y el servicio educativo. Por ejemplo, gracias a la colaboración con Anthesis, conseguimos que los contenidos del centro se conviertan en narrativas transformadoras. Una sala puede ser muy atractiva, pero si sólo se ofrece como una experiencia estática, el visitante saca un aprendizaje limitado. Cuando esta experiencia se complementa con una estrategia educativa bien definida y con personas formadas que transmiten conocimientos sobre el territorio y fomentan el espíritu crítico, el resultado es mucho más impactante. En ese caso, el centro no sólo narra, sino que sensibiliza y genera reflexión.
Nos llena de alegría ver a niños de sólo tres, cuatro o cinco años que visitan el espacio y empiezan a comprender conceptos como la importancia del greda, los volcanes, los colores de la naturaleza y el valor único del lugar.
Para nosotros, el territorio y el medio ambiente son una constante fuente de inspiración, esencial para diseñar y llevar a cabo las acciones que desarrollamos posteriormente.
¿Cómo se adaptan los programas educativos para alcanzar la diversidad de la sociedad? ¿Qué metodologías ha encontrado para abrir el museo a la ciudadanía y favorecer los proyectos comunitarios?
Existen varios elementos clave que contribuyen a nuestro trabajo. Por un lado, el equipo técnico y la capacidad de la empresa Anthesis, así como las personas que trabajan en ella, son esenciales para inspirar y desarrollar nuevas acciones de desarrollo comunitario.
Por otra parte, nos guiamos por la idea de que los centros de ciencia deben ser parte activa de los retos del territorio. Esto implica tener muy clara nuestra línea temática, centrada en las Ciencias de la Tierra, y mantenernos fieles a ese enfoque.
En este marco, trabajamos dentro del contexto de los retos que afronta el territorio y siguiendo un modelo basado en el Diseño Universal de Aprendizaje (DUA). Además, incorporamos elementos de pedagogía crítica y utilizamos la ciencia como una metodología poderosa para trasladar a los niños y niñas los valores y el conocimiento sobre el entorno que les rodea.
Un ejemplo destacado de esto son las escuelas de la Garrotxa, algunas de las cuales han empezado a aplicar el método científico en su modelo pedagógico, incluso a nivel de primaria e infantil. Este método, además de ser excepcional para fomentar el aprendizaje, ayuda a estructurar la mente de las personas desde temprana edad, proporcionándoles una base sólida para el pensamiento crítico y reflexivo.
¿Cómo ve el futuro Espai Cràter? ¿Cuáles son los objetivos a corto y largo plazo? ¿Qué desea conseguir como centro de educación científica y ambiental?
Después de dos años y medio desde su apertura, en el Espai Cràter hemos hecho un gran trabajo para consolidar la marca, las actividades, los equipos, la visión y la estrategia. La administración pública plantea retos significativos: mucha burocracia, presupuestos ajustados y una gran lentitud en los procedimientos. Quizás a nivel nacional estos obstáculos son más gestionables, pero a escala local los hemos sufrido intensamente durante fuerza. tiempo.
Sin embargo, considero que hemos afrontado este ritmo impuesto de manera eficiente. En estos dos años, hemos trabajado mucho en el ámbito educativo, consolidando nuestra relación con las escuelas de la Garrotxa, de las que somos la propuesta educativa de la comarca que recibe más solicitudes. Además, también hemos ampliado nuestro alcance a escuelas de otros lugares de Cataluña, del sur de Francia y de otros territorios.
Antes de la inauguración, una de mis preocupaciones principales era que no lográramos atraer escuelas, que no llegáramos al público, que las actividades no fueran bien recibidas o que el calendario quedara vacío. Recuerdo las primeras reuniones con el equipo, cuando veíamos el calendario lleno, y decía: Esto es vida. El día en que el calendario no tenga nada, nos faltará energía y motivación. Ahora, hemos logrado mantener un equilibrio sostenible, ofreciendo actividades de calidad, con un alto porcentaje de empleo, sin sobrecargarnos ni comprometer nuestra capacidad.
Una vez consolidada esta base, hemos organizado la “casa por dentro” —gracias también al apoyo de Anthesis— y creo que ahora es el momento de mirar hacia fuera. Es hora de empezar a participar en congresos, tanto como asistentes como ponentes, de escribir artículos de relevancia y de aparecer en espacios internacionales que contribuyan a obtener un sello de calidad internacional para el centro. Éste es el próximo paso. No debemos correr, pero sí avanzar con firmeza en esa dirección.
Otra línea clave es seguir trabajando a nivel local. Es esencial que las entidades del territorio, especialmente las que se dedican a la educación ambiental, la ciencia y la cultura científica, sientan que el Espai Cràter es también su casa. Debemos invitarlas a desarrollar proyectos conjuntamente, hacer uso del centro y verlo como un espacio de colaboración.
En resumen, para nosotros es fundamental ser un referente local, arraigado en el territorio, mientras participamos activamente en el debate internacional. Este equilibrio entre lo local y lo global es el que nos permitirá crecer y consolidarnos como modelo.
¿Cuáles son las principales aportaciones de valor que Anthesis ha realizado al proyecto?
Muchas. Creo que este tema pone de manifiesto un aspecto interesante en el paradigma de la gestión de los equipamientos museísticos de nuestro país. La gestión es clave, y considero que la mejor fórmula actual es un modelo de colaboración público-privada. No soy partidario de una gestión 100% pública, puesto que varios estudios han demostrado sus carencias de eficiencia. Si algún día esto cambiara, me reservo el derecho a cambiar de opinión. Pero hoy en día, este modelo híbrido, como el que tenemos entre Anthesis y Espai Cràter, creo que es la clave del éxito. Este proyecto no sería tan grande ni tendría un equipo tan fuerte si contara sólo con una estructura íntegramente funcionarial. La colaboración público-privada ha sido fundamental para el desarrollo y consolidación del proyecto.
También quiero destacar la experiencia y el bagaje profesional que Anthesis ha aportado. Se trata de una organización con conexiones a numerosos otros equipamientos y proyectos, y este know-how ha permitido un crecimiento exponencial por parte de Espai Cràter. Probablemente, este desarrollo hubiera sido muy distinto con otra entidad o institución.
Además, es importante subrayar la labor que estamos realizando para mejorar el funcionamiento del servicio de atención al usuario y su conexión con el servicio educativo. Esta sinergia nos ofrece una visión panorámica que nos permite identificar áreas de mejora y, sobre todo, optimizar la experiencia de los usuarios que visitan Espai Cràter.
Ponte en contacto con nosotros y descubre cómo podemos ayudarte a alcanzar tus objetivos de sostenibilidad.