De la Estrategia a la Acción: la importancia de la Planificación Estratégica para la gestión de Residuos Municipales 

planificacion estrategica

¿Por dónde empezar? ¿Qué priorizamos? ¿Cómo podemos abordar los nuevos servicios?

Esta y otras decenas de dudas nos viene invadiendo desde que el 8 de abril de 2022 se publicó definitivamente la nueva ley de Residuos y suelos contaminados. Para resolverlas, la expresión “Planificación Estratégica” habla por sí misma. Planificamos qué vamos a hacer, cómo, cuándo, qué recursos vamos a necesitar y con cuáles contamos, cuánto nos va a costar, qué orden de prioridades debemos marcar, etc.

A veces esa planificación la piensan y desarrollan los propios técnicos especializados de esa organización, sea pública o privada. Otras veces, por falta de tiempo, se contratan equipos especializados en gestión de residuos combinados con otros expertos en legislación o en finanzas. Estos equipos acompañan tanto a los responsables políticos como a los equipos técnicos en la toma de decisiones, recogen las particularidades del caso, analizan, miden, evalúan, redactan y comparten e incluso acompañan en la implementación de los avances que va pidiendo la planificación. 

La importancia de contar con una Planificación Estratégica

En este contexto, la planificación estratégica se vuelve imperativa. Es crucial tener una hoja de ruta que ayude a hacer realidad todos los objetivos de cumplimiento legal. Ya acabaron los tiempos en los que la dificultad estribaba en el cuándo y cómo recoger “la basura”. Acabaron los tiempos en los que se podía desoír la ley; tiempos en los que si no se cumplían objetivos de reciclaje “no pasaba nada”. 

Hoy sabemos que hay una legislación de cuyo cumplimiento van a depender los apoyos y ayudas de administraciones autonómicas, estatales o europeas. También sabemos que si no avanzamos los altísimos costes de una mala gestión terminarán por colapsar los servicios. La realidad es que o avanzamos en economía circular o los recursos se agotarán. 

Dado que la gestión de los residuos recae sobre los ayuntamientos, empresas municipales o entidades supramunicipales o variantes, las decisiones más relevantes corresponden a equipos políticos que cambian cada cuatro años. Así, a menudo, esta situación apenas permite a los equipos técnicos seguir un plan más allá del tiempo que dura un gobierno municipal. Sujetos a constantes cambios y revisiones, nuestros residuos, sus técnicos, los responsables políticos y/o las infraestructuras navegan en un mar de incertidumbre.

Abordar esta cuestión y trabajar sobre una planificación estratégica acordada y participada evitará errores y orientará las futuras decisiones. Nos permitirá ir acometiendo, si no, el cumplimiento cabal de las normativas en tiempo, sí en forma.  Y esto ya es un grado. 

imagen de concejales haciendo una planificación estratégica de residuos municipales

¿Qué debe contemplar una Planificación Estratégica?

La complejidad de la planificación estratégica reside en llevarla a cabo, en que se redacte y se haga conforme a cada realidad territorial. Como indicábamos más arriba, en que esté adaptada en tiempos, forma y recursos a cada situación. Y lo más importante, que sea una hoja de ruta real y no quede guardada en un cajón o en una unidad de memoria RAM.

A continuación, desglosamos las fases y los procesos que impondrá una planificación estratégica cuyo fin es avanzar en la correcta gestión de residuos municipales hacia el cumplimiento de la ley.

Fase 1. Diagnóstico y Análisis. Se buscará tener una visión clara de la situación actual, evaluando la infraestructura existente, índices de separación en origen, producciones reales de residuos y su origen, el destino de las diferentes fracciones, tasas de reciclaje, costes de gestión, situación administrativa, personal dedicado y cuantas variables estime necesarias el equipo redactor.

También en esta fase se requiere identificar las necesidades y oportunidades. Se analizarán las características demográficas, geográficas y económicas para determinar las áreas de mejora tanto en recogida y comunicación como en transporte, tratamiento y fiscalidad.

Fase 2. Establecimiento de Objetivos. Con la vista puesta en la normativa, se definirán metas y objetivos claros, medibles y realistas. Se establecerán objetivos cuantificables para la recogida, separación y valorización de residuos, así como los referidos a prevención (reducción), reutilización y reciclaje de acuerdo con los principios marcados por la ley.

Fase 3. (Re) Diseño de los Sistemas de Recogida. En primer lugar, se evaluará cada tipo de recogida. Ubicación de contenedores, diseño y capacidad de los mismos, frecuencias y rutas de recogida y vehículos disponibles. Todo en función de las características del territorio objetivo (producciones, población y otras variables socio demográficas). Se diseñarán o reestructurarán los servicios de recogida asegurando una cobertura adecuada y evitando costes innecesarios.

Esta reestructuración implicará la elaboración de un cronograma real para el abordaje de los cambios o nuevas inversiones.

Fase 4. Comunicación a productores, educación y sensibilización. Paralelamente a la fase 3ª se hace imprescindible la redacción de un plan paralelo de acciones de comunicación dirigidas a los productores de residuos, sean viviendas, comercios, hostelería, otras empresas o instalaciones colectivas como residencias, hospitales, centros escolares. Ese objetivo deberá ser fomentar la participación activa de los productores en la correcta separación en origen y depósito y avanzar en la corresponsabilidad del productor en relación a la gestión de sus residuos.

Este plan de acción debe contemplar acciones periódicas de refuerzo y mantenimiento de la participación y la corresponsabilidad.

Fase 5. Temporización, Implementación y Monitorización. El plan debe marcar un cronograma a largo plazo y la segmentación a corto plazo de la ejecución de las acciones planificadas. Entre ellas, la implementación de las mejoras y cambios en los sistemas de recogida.

Se establecerán criterios para medir los progresos, supervisar, evaluar y ajustar las estrategias según sea necesario. Se trata de garantizar el cumplimiento de los objetivos marcados.

Fase 6. Evaluación Continua. El plan debe revisarse periódicamente para permitir la adaptación a nuevas normativas y/o circunstancias.


La gestión efectiva de los residuos municipales es un desafío que requiere no solo voluntad, sino también una planificación estratégica sólida. Entendemos que dar el primer paso puede parecer abrumador; sin embargo, la clave radica en diseñar una ruta clara hacia la acción. Reconocemos la reticencia que puede surgir, dado el esfuerzo y el tiempo que implica. Pero es esencial superar estas barreras. La falta de coordinación puede resultar en una pérdida significativa de dinero público y oportunidades de inversión 

Ante las exigencias de la normativa y la necesidad de cumplir con los objetivos marcados por la UE, la gestión de residuos municipales está en un momento crucial. Mediante un enfoque estratégico que incluya un diagnóstico preciso, un plan de acción integral que contemple la fiscalidad y una implementación efectiva, podemos y debemos avanzar hacia gestión integral de residuos municipales más circular, sostenible y eficiente.  

¿Cómo puede ayudar Anthesis?

Desde Anthesis también queremos aportar y sumar, poniendo al servicio de las entidades locales más de 40 años de experiencia en la gestión de residuos municipales a través de un equipo experto en planes de gestión, nuevos sistemas de recogida, dimensionamiento y cálculo de tasas, fiscalidad, pago por generación y cambios de conductas ciudadanas. 

Nuestra vocación de contribuir a un planeta más sostenible nos lleva a acompañar y apoyar a los equipos técnicos municipales en la transformación de sus municipios a modelos circulares. 

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