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Una cámara nocturna ha captado una nutria en el tramo bajo del río Llobregat.
La última vez que se hallaron rastros de este mamífero fue aguas arriba, en febrero del 2020, en la zona de Castellbisbal.
La AMB con la colaboración de Anthesis Lavola ha captado imágenes nocturnas de este mamífero durante los trabajos de análisis de la conectividad ecológica que está realizando en el valle bajo del río Llobregat. Este proyecto pretende analizar las condiciones de conectividad ecológica del tramo bajo del río, un entorno muy tensionado por la acción antrópica y donde es indispensable prever acciones para mejorar su conectividad y biodiversidad.
El equipo de Ciudad y Territorio trabaja, desde noviembre de 2020, en el proyecto, que ha incluido la identificación de zonas clave para la conectividad en la zona y la realización de tres campañas de seguimiento de la actividad de la fauna en estas. A lo largo de este trabajo se han identificado y analizado los pasos de fauna en las zonas más fragmentadas y también se han localizado los hábitats más favorables para mantener la conectividad en una zona muy alterada por la actividad económica y la presión urbanística.
El hecho de que este año se haya visualizado este mamífero kilómetros abajo demuestra que el río Llobregat mantiene conectividad ecológica a lo largo de su eje, es decir, funciona como un corredor que utilizan las especies para moverse en un territorio muy fragmentado por diferentes infraestructuras ( AP-7, A-2, red ferroviaria…) y por una fuerte antropización. El reto principal del presente estudio es que la zona permita una conectividad capilar también de este a oeste, de forma transversal al río y reduciendo el aislamiento de espacios de interés como Collserola.
A lo largo del otoño se trabajará en la definición de propuestas de mejora de los espacios y pasos de fauna para aumentar la permeabilidad del Baix Llobregat para la fauna y que pueda contener los hábitats que favorezca la conectividad ecológica.
La aparición de nutrias, una especie protegida en Cataluña, también se considera un buen indicador de la calidad ambiental de los sistemas fluviales. En este sentido, el hecho de que se hayan detectado en diferentes puntos de los ríos Besòs y Llobregat es una muy buena noticia para la infraestructura verde del área metropolitana.