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La naturaleza ha sido históricamente alterada de manera significativa por múltiples presiones de origen humano y actualmente la situación de degradación no tiene precedentes. La gran mayoría de los indicadores de ecosistemas y biodiversidad muestran un rápido declive y esto afecta a las contribuciones de la naturaleza a las personas. En este contexto, el sector financiero puede ser clave para cambiar el futuro que nos espera.
La degradación de la naturaleza afecta a toda la sociedad, incluida nuestra economía, que depende de manera directa o indirecta de la provisión de los recursos naturales y de los servicios ecosistémicos. Más de la mitad del PIB mundial depende en gran medida o moderadamente de la naturaleza. El informe Global Risk Report del World Economic Froum (WEF) de 2023 identifica la pérdida de biodiversidad y el colapso ecosistémico como el cuarto riesgo más grave a escala global para los próximos 10 años, después de riesgos relacionados con el cambio climático. De este modo, debido a la pérdida sin precedentes de biodiversidad, al igual que ocurre con el cambio climático, las empresas e instituciones financieras se enfrentan a graves riesgos físicos, regulatorios, de reputación y de mercado.
Gran parte del sector financiero se ha familiarizado los últimos años en abordar la gestión de riesgos climáticos y en la transición hacia el horizonte net zero para descarbonizar la economía. Sin embargo, la biodiversidad es siguiente reto y también el sector financiero verá cómo será necesario abordar los impactos indirectos y las dependencias sobre la naturaleza que se materializan a través de sus actividades de inversión
La comunidad internacional es consciente del importante rol que tiene el sector financiero en la toma de decisiones sobre la dirección que toman en el futuro los flujos de inversión y, por lo tanto, también de su capacidad de frenar la pérdida de biodiversidad. La Cumbre de Líderes del G20 de 2021 se comprometió a «fortalecer las acciones para detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030» y respaldó la Hoja de ruta del Grupo de Trabajo de Finanzas Sostenibles, que resalta la importancia de integrar la naturaleza y la biodiversidad.
Recientemente, 150 instituciones financieras, administradoras de más de $24 billones, hicieron un llamado a los líderes mundiales para adoptar un ambicioso Marco Global de Biodiversidad en la Conferencia de Biodiversidad del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP 15). En la apertura de la COP15, los gobiernos acordaron la Declaración de Kunming, que establece la necesidad de «transformar los sistemas económicos y financieros» y «alinear todos los flujos financieros en apoyo de la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad».
El Marco Global de Biodiversidad acordado en la COP15 concreta 23 metas, muchas de las cuales involucran al sector financiero. La meta 15, por ejemplo, establece el objetivo de adoptar medidas legales, administrativas o de política para garantizar que las grandes empresas e instituciones financieras:
- Supervisan, evalúan y divulgan periódicamente de forma transparente sus riesgos, dependencias e impactos en la diversidad biológica, incluyendo los requisitos, así como operaciones, cadenas de suministro y valor y portafolios de todas las empresas e instituciones financieras grandes y globales;
- Proporcionan la información necesaria a los consumidores para promover patrones de consumo sostenibles;
- Informan sobre el cumplimiento de las normas, medidas de acceso y participación en los beneficios, según corresponda;
Con el fin de reducir progresivamente los impactos negativos sobre la biodiversidad, aumentar los impactos positivos, reducir los riesgos relacionados con la biodiversidad en las empresas y las instituciones financieras, y promover acciones para garantizar patrones de producción sostenibles.
Para hacer esto de manera efectiva, las instituciones financieras deben evaluar los impactos, dependencias y riesgos relacionados con la naturaleza y los bancos centrales y los supervisores financieros deberán adoptar enfoques dinámicos y con visión de futuro para comprender los riesgos a los que se enfrenta el sector.
Recomendaciones para el sector financiero
El Grupo de Estudio conjunto NFGS-INSPIRE sobre Biodiversidad y Estabilidad Financiera, que se encarga de evaluar las implicaciones de la pérdida de biodiversidad para los bancos centrales y las autoridades de supervisión, ha establecido cuatro recomendaciones iniciales para los bancos centrales y los supervisores financieros:
- Comenzar a desarrollar las habilidades, capacidades, herramientas y bases para la cooperación para abordar los riesgos económicos y financieros relacionados con la diversidad biológica;
- Evaluar las dependencias y los impactos de las instituciones financieras en los servicios ecosistémicos y la biodiversidad;
- Familiarizarse con los modelos existentes de economía de la diversidad biológica y desarrollar enfoques metodológicos ad hoc que capten mejor el riesgo de impactos en cascada a través de los actores económicos y financieros;
- Señalar a las instituciones financieras que supervisan, a otros actores económicos y a los políticos la importancia de comprender, gestionar y divulgar los riesgos derivados de sus dependencias e impactos en la diversidad biológica.
El sector financiero puede ser parte del movimiento global para proteger y restaurar la naturaleza y ya se están preparando para hacer frente al reto.
Dada la creciente necesidad de modelos de negocio sostenibles que protejan la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, las soluciones innovadoras que pueden ofrecer los servicios financieros son clave para apoyar este cambio; y el financiamiento de la biodiversidad se ha convertido en un área de rápido crecimiento en finanzas verdes. La Corporación Financiera Internacional (CFI) ha desarrollado una Guía de Referencia de Financiamiento para la Biodiversidad. Esta guía construye los Principios de Bonos Verdes y los Principios de Préstamos Verdes ofreciendo proyectos de inversión, actividades y componentes que ayudan a proteger la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, y que promueven la gestión sostenible de los recursos naturales.
El desarrollo herramientas para evaluar los impactos, riesgos y dependencias relacionados con la naturaleza es especialmente relevante en el contexto de nuevas regulaciones emergentes, que incentivan a las empresas e instituciones financieras a actuar sobre la biodiversidad, como es el caso de la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) que obligará a las organizaciones siguiendo el principio de doble materialidad a divulgar sobre riesgos sociales, de gobernanza y medioambientales, incluyendo la biodiversidad.
Además, han surgido marcos de gestión de riesgos y divulgación que permiten a las instituciones financieras informar y actuar sobre los riesgos relacionados con la naturaleza, como el Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD) que incluye orientaciones específicas para el sector financiero.
Dada la creciente importancia de esta agenda han surgido múltiples iniciativas como el Finance for Biodiversity Pledge, firmado por 126 instituciones financieras de 21 países, que gestionan 18,8 trillones de euros en activos, comprometiéndose a tomar medidas ambiciosas sobre la biodiversidad. De manera similar, con el fin de promover un enfoque integrado del cambio climático y la naturaleza en la COP 26 celebrada en Glasgow, 35 instituciones financieras con 8,9 trillones de dólares en activos se comprometieron a eliminar los riesgos de deforestación impulsados por la agricultura en sus carteras de inversión y préstamos para el 2025.
Existen referentes de instituciones que ya han comenzado a integrar un enfoque sobre el capital natural mediante el cálculo de la huella de biodiversidad de su portfolio de inversiones, como es el caso de BNP Paribas y de ASN Bank. La decisión con la que a nivel global se está apostando por un futuro Nature Positive hará que pronto muchas otras instituciones financieras sigan este camino.
Las instituciones financieras pueden reducir las presiones sobre la naturaleza redirigiendo los flujos financieros de actividades negativas a actividades positivas para la naturaleza.
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